La guarida

Quizá has podido conocer a tu abuela, y es posible que te haya acompañado por su propio universo. De eso trata este trabajo del polaco Tomasz Kawecki quien, a través de su obra "A Lair", explora su propia herencia y antecedentes, lo que permite no sólo entender mejor a nuestros antepasados, sino entendernos mejor a nosotros mismos.

Kawecki compara a su abuela con un espíritu guía y su casa en el pueblo, donde vivía con ella de niño, se encuentra junto a un gran bosque lleno de "criaturas mágicas". Allí se sumerge en las montañas y los bosques, y se deleita con el impacto que han tenido durante toda su vida en su interpretación del mundo, tratando de honrar el tiempo que ha vivido allí e intentando crear un diálogo con la tierra a través de la figura de su abuela.

La abuela de Kawecki aparece tranquila y reverente, demostrando su inseparabilidad con la naturaleza con la que se siente en casa, y en ese entorno natural Kawecki encuentra paz, sin importar la atmósfera oscura y sombría que lo envuelve. El equilibrio entre luz y oscuridad que se percibe en sus fotografías es el homenaje a su vida de niño rodeado de los tesoros que ella le mostraba.

Evocando aquellos tiempos recuerda:

La casa de Witowice Dolne es el hogar de mi infancia. Allí viven mis ojos y espíritus recogidos tan escrupulosamente en los primeros años de mi vida. La casa se encuentra junto a un bosque tan verde y virgen que es imposible no descubrir allí criaturas mágicas. Al volver, regreso a las aventuras y a los enigmas nunca resueltos. Sigo buscando respuestas. Una guía de este mundo fue mi abuela. Ella me llevaba al bosque, llamaba a las setas, las piedras y las raíces por su nombre. Algunas las antropomorfizaba y se las llevaba a casa. A lo largo de los años, el interior de la casa se ha llenado hasta los topes de objetos que ella recogía. La abuela nunca tiraba nada. Una vez que ha traído algo, se queda con ella para siempre. La casa, junto con ella, envejece, todo allí está sujeto a los ciclos naturales.