ACERCA DEL BLOG

¿Alguna vez nos preguntamos para qué hacemos fotografías? Una primera respuesta podría orientarnos hacia el hecho de mantener las cosas como están, hacerlas inmutables… O quizá un modo de certificar la propia existencia, una forma de encuentro conmigo mismo y con el mundo, como si a través de la imagen pudiéramos certificar nuestra experiencia de vida. Esa diminuta porción de experiencia aún existirá una vez concluida, y traducirá nuestra realidad efímera en imágenes que nos sobrevivirán. 

El hecho de fotografiar implica mostrar interés por las cosas tal como están, por cualquier cosa que sea digna de fotografiarse, incluso aunque represente el dolor o la fealdad. En ese gesto cómplice el fotógrafo señala: “mirad mi visión de la realidad”, y el observador responde: “ésta es la mía”. Esa es parte de la magia de los proyectos que aquí se presentan: cómo ciertos mecanismos psicológicos se ponen en juego para impregnar a las fotografías con la experiencia subjetiva y personal del observador.

El proceso fotográfico y el proceso terapéutico tienen mucho en común, y sus conceptos pueden se utilizados metafóricamente en ambos dominios, ya que en sendos casos se trata de captar una porción de realidad, acercarnos al objeto, centrar la atención en la imagen, enfocarla y finalmente capturarla; y todo eso para ir creando más claridad, más conciencia y nuevos aprendizajes.

De todo eso, y algunas cosas más, trata este blog...

Sobre mí...
Y en cuanto a mí, mi nombre es César Cerón. Podría empezar aclarando que soy médico, terapeuta gestalt y fototerapeuta. Pero quizá resultaría más clarificador si, parafraseando a K. Robinson (quien define el “Elemento” como “el punto de encuentro entre las aptitudes personales y las inclinaciones personales…”), añadiera que este blog surge del encuentro entre mis dos Elementos: mi pasión por la fotografía, y mi pasión por entender la conducta humana, expresada en la actualidad por la práctica terapéutica.

Y puestos a desvelar mis intenciones, en este punto me permito confesar que en mi forma de utilizar la FotoTerapia hay una deliberada y consciente expresión de usar las fotografías como una prolongación personal del terapeuta, de mí mismo. Creo esta actitud facilita enormemente la consolidación del vínculo terapéutico, en el que el mundo visual -con sus formas, patrones y colores- es el mundo de la imaginación, de los sueños y de la fantasía. 
 
Estoy firmemente convencido de que las imágenes pueden ser una ventana al inconsciente, y he podido comprobar cómo la fotografía ayuda a las personas a asomarse a través de ella, y también a comprenderse mejor a sí mismas.

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