Realidad o ficción?


Imagina la siguiente escena: te levantas por la mañana, vas al aseo y te miras en el espejo… y qué ves?… Pues no, no es tu rostro el que se refleja delante de ti, sino el de tu madre, o tu padre, o tu hermano… o tú misma, con quince años menos…

No negarás que la propuesta es, cuanto menos, inquietante. Pues así es el trabajo de la fotógrafa Gillian Wearing, complejo y turbador.

En sus diferentes series explora el uso de la máscara como elemento de ocultamiento entre lo verdadero y lo ficticio. La idea inicial consiste en crear complejas máscaras de látex y prótesis trabajando con cera y maniquíes, de manera que le permitan adoptar la fisonomía de su padre, madre, hermanos… Tras esas series iniciales, al final esas máscaras terminan por convertirse en una auto-representación, en la que la fotógrafa se viste de sí misma y explora así su propia identidad, por ejemplo en una fotografía en la que aparenta tener tres años, u otra en la que se muestra como una adolescente.

Cada máscara, en cuya elaboración puede haber invertido varios meses, es casi perfecta, salvo por el intencional inacabado que deja en torno a los ojos, que permite al observador saber que lo que está viendo no es genuino, sino un mero artificio.

Gilian a través de su trabajo nos cuestiona: “¿qué constituye lo genuino o lo artificial? ¿tenemos a un tiempo personalidades reales y falsas? ¿y cuál habría de permanecer en privado o hacerse pública?”



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